Discursos del Hon. Manuel L. Quezon, comissionado residente de Filipinas, pronunciados en la Cq́mara de representantes de los Estados Unidos, con motivo de la discusión del Bill Jones, 26, septiembre-14, octubre. 1914.

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mismas evidentes. Si las aplica'is a la enmienda presentada ante el Comite' llegare'is a la conclusion de
que debe'is votar contra la enmienda, auin cuando
este'is en favor del sufragio femenino para los Estados Unidos.
Sr. Presidente, perinitaseme decir en este momento que creo, en la igualdad pollitica de hombres
y mujeres. No suscribire' la teori'a de que el voto
corresponde exciusivamente al var6n por razo'n de
su sexo; por tanto no privare' de ese privilegio a la
mujer, si lo quiere ejercitar; pero tampoco la impondre' este deber contra su voluntad. Digo "deber,"
porque, en mi opinion, aunque la votacio'n es un
derecho, una vez concedido el derecho, viene a ser
uno de los ma's importantes deberes de la ciudadani'a.
Me opongo, pues, a la enmienda presentada por el
caballero de Illinois porque las mujeres de mi pal'sde hecho todas ellas, por lo que me consta de su
voluntad-no quieren votar.
Hace unos afios se inici6' en Manila un movimiento
en pro del sufragio femenino que acab6' en un cornpleto fracaso. Se celebraron algunos mitings, pero
no fue' posible despertar ningfin intere's por este
movimiento ni por parte de los hombres ni por parte
de las mujeres, mucho menos encontrar personas
que abogasen por e1. En provincias nadie intent6
discutir la cuestio'n, y nuestras mujeres estaban decididamente opuestas al sufragio femenino. Espero,
pues, Sr. Presidente, que el Comite', con su sabiduri'a,
no tratara' de imponer a nuestras mujeres el deber
de votar.
Sr. Presidente, aunque estoy opuesto a la enmienda
del caballero de Illinois, bendigo la oportunidad que
me ha ofrecido para decir una o, dos palabras acerca
de las mujeres filipinas. Un tema importante que
no ha sido considerado con la amplitud que merece
en la discusio'n de asuntos filipinos es el estado y las
condiciones de nuestras mujeres y el papel que des