Discursos del Hon. Manuel L. Quezon, comissionado residente de Filipinas, pronunciados en la Cq́mara de representantes de los Estados Unidos, con motivo de la discusión del Bill Jones, 26, septiembre-14, octubre. 1914.

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a su obra, aun cuando era tan odiado personalmente, que el
odio afect6 adversamente a aquella ley. Esto ocurri6 por
espacio de algunos aiios. Su utilidad en la Oomisio'n concluy6' cuando incurri6' totalmente en desagrado, de aquel
cuerpo, que oficialmente representa las siete octavas partes
de la poblacio'n filipina. La tenacidad con que se agarr6' a
su cargo despu~s de pasada su utilidad Ileg6' a ser co'mica.
Si no fuera tan pat~tica, seria muy graciosa.
La primera vez que Ai al Profesor Worcester estaba hablando en defensa del camino, de Baguio; aun sigue defendi~ndolo; tendra' que defenderlo hasta el dia de su muerte;
y despu6s que 61 se vaya las apologias serain todavila materia
de actualidad. Hay algunas cosas, sin embargo, en las cuales
61 no ha desaparecido. Asif, no se refiere ma's que dos veces
e incidentalmente de ha causa por libelo que tuvo, contra El
Renacimiento. Era el mejor perio'dico de Filipinas. Estaba
ha'bilmente editado. El pleito que tuvo, con 61 Mr. Worcester
es un famoso incidente, que no debila haberse descuidado en
este libro. El que e'sto escribe sinti6' entonces que el Gobierno de los Estados Unidos no hubiera obrado prudentemente comprando a Mr. Worcester a cualquier precio. Haberle pagado $50,000 6' $100,000 6 $200,000 por dafios para
indemnizarle de ha injuria inferida a sus sentimientos habria
sido una buena medida politica y una verdadera econornia.
Hacia cosas antes de la que irrit6 a los filipinos, pero con
el cierre de El Renacimiento, ha utilidad de Mr. Worcester
en las Islas toc6' completamente a su fin.
LAVADA DE TRAPOS SUCIOS.
Pero el libro, est' lleno de cosas interesantes. Algunas
son recoinendables, otras merecen ser censuradas; contiene
muchos, datos, mucha fantasia; mucha relacio'n de hechos
incontrovertible, mucha casui'stica. En conjunto, es una apologila, un documento de partido, una lavada de trapos sucios.
A quien quiere, adula; a quien odia, escarnece. No hace mencio'n de muchas excelentes personas que han hecho grandes
cosas por Filipinas. Hacia el final de su libro abre un excelente margen para la explotacio'n; apela a nuestra codicia;
demuestra ha riqueza y la importancia estrate'gica de Filipinas. Habiendo deniostrado, para su propia satisfaccio'n
que sus habitantes no pueden ni quieren desenvolverlas y utilizarlas, nosotros debemos, hacer ese trabajo. Es un arguinento fadcil y sencillo. Debemos usar al filipino para desenvolver Filipinas para nosotros. El obrarA bajo una direccion,
pero no solo. "Pronto descubrinmos que cogiendo hombres