Cuentos filipinos, por Don José Montero y Vidal.

6')0 EC[I'ENTOS FILIPINOS.
c; de cautivos; talaban los campos, prendian fuego a la;
casas de los pescadores, que las ahandonaban al verlos. v
tenian en continua alarma A los!iabitantes de los pueblo(le la costa, siempre castigados por los roblos y vejaciones
de los temibles moros.
Al saber D. Vicente Tupal y su csposa lo ocurrido i Lolen, su pesar fue tan acerbo, que la existencia de ambos
dlesle ent6nces, Inias qie vida, era una agonia mortal.
Esto explica que su casa permaneciera cerrada y triste,
como tristes estaban sus corazones el dia de la fiesta del
Santo Niiio de Cebti.
L.os padres de la j6ven cautiva lloraban v sufrian incesantemente; la alegria de los demas aumentaba su cruel
tormento, traveyido a su nmente el recuerdo (de mejores
tiempos.
II.
Ccb6, capital de la provincia de su nombre y de las islas Visayas, es ciudad antigua y la segunda del archipielago en categoria.
No puede nombriarsela sin recordar su historia, tan intimarnente ligada con los primeros pasos de la conquista.
Sabido es que habiendo accedido el rey C;irlos I de Espania A los deseos de Hernando de Maglallanes, insigne navegante portugues al servicio de Castilla, organiz6 6ste una
expedicion, compuesta de 23 i homlbres, repartidos en cinco buques, llaiados Trinidad. Victoria, Santiago, Concepcion y San Antonio, de los cules el mayor no pasaba de
4 30 toneladas.
Sali6 Magallanes con su pequefia escuadra de Sevilla el
49 de Agosto de 4 519, A bordo de la Trinidad.