Cuentos filipinos, por Don José Montero y Vidal.

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CUENTOS FILIPINOS.

que las hojas de los Arboles entrelizadas formaban tan tupido toldo, que los rayos del sol jamas pudieron encontrar
paso.
Juancho arengo6 sus subordinados, ordenandoles cercaran la casa.
Los tulisanes estaban desprevenidos, pero el relincho de
un caballo hizo que se apercibieran de lo que ocurria.
En el acto cogieron sus fusiles, y al ataque de los cuadrilleros contestaron con una descarga que hiri6 a dos y dej6
A otro sin vida.
Juancho, despreciando las balas, se aproxim6 al casucho
y le prendi6 fuego. Las llamas se elevaron iluminando el
bosque,midntras los bandidos escapaban como podian para
no morir achicharrados. Aprovechando los cuadrillerossu
confusion, les acuchillaban, y ya la victoria era suya,
cuando se sintieron atacados por la espalda. Otra partida de
tulisanes, mayor que la que combatia contra ellos, oyendo
los tiros, acudi6 en defensa de sus companeros. Los cuadri.
lleros estaban perdidos. La resistencia era inutil. Los'ban.
didos intimaron la rendicion, pero respondieron que preferian morir. El combate se empei6 con doble furor por
ambas partes.
Ileridos casi todos los cuadrilleros, y estando en mayoria
sus contrarios, fueron cercados, cayendo prisioneros los
que aun oponian resistencia.
Murieron en la refriega cinco tulisanes, y resultaron
ocho heridos. Los cuadrilleros tuvieron seis muertos. Juancho, enardecido en la lucha, se habia portado como un
bravo.
Los indios, una vez empenada la accion, desprecian la
Imuerte.
Algunos tulisanes opinaban por fusilarles; pero el que