Del Nueuo Mexico, y de su descubrimiento, y lo que del se sabe.
Y A dixe en el titulo del libro, que el anno de mil y quinientos y ochen∣ta y tres, se auian descubierto quinze Prouincias, aquien los inuento∣res llamaron El nueuo Mexico en la tierra firme de Nueua Espanna,* 1.1 y prometi de dar noticia del descubrimiento, como lo hare con la ma∣yor breuedad que sea possible, porque si vuiera de poner diffusamente todo lo que vieron y supieron, fuera menester hazer dello nueua historia, La substancia dello es, que el anno de mil y quinientos y ochenta y vno, teniendo noticia vn Religioso de la Orden de sant Francisco, que se llamaua fray Augustin Ru∣yz,* 1.2 que moraua en el valle de sant Bartholome, por relation de cier••os Indios Conchos que se comunicauan con otros sus conuezinos llamados Passaguates: que hazia la parte del Nor∣te (caminando siempre por tierra) auia ciertas poblaciones grandes, y nunca sabidas de nuestros Espannoles, ni descubiertas, con zelo de caridad, y de saluacion de las almas, pidio li∣cencia al Conde de Corunna Virey de la dicha Nueua Espanna, y a sus mayo••es, para yr a ellas, a procurar aprender su lengua, y sabida, bautizarlos, y predicarles el santo Euangelio. Alcan∣çada la licentia delos sobredichos, tomando otros dos compa••neros de su mesma Orden, s•• partio con ocho soldados, que de voluntad le quisieron acompannar, a poner en execucion su Christiano y zeloso intento. Los quales a pocos dias de camino toparon con vna Prouincia, que se llamaua de los Tiguas,* 1.3 distante de las minas de sancta Barbola (de donde començaron la jornada) dozientas y cinquenta leguas hazia el No••te, en la qual por cierta ocasion los natu∣rales le mataron al dicho padre vno de sus dos companneros. El qual, los soldados que yuan cō el, viendo, y sintiēdo el successo, y temiēdo que del se podria seguir otro mayor danno, acor∣daron de comū consentimiento de boluerse a las minas de donde auian salido, con consideraci∣on de que la gente que yua era muy poca para resistir a los succes••os que se podian offrecer en tanta distancia de la viuienda de los Espannoles, y tan lexos del necessario socorro. Los dos Religiosos que hauian quedado, no solo no vinieron en su parecer, mas antes viendo la ocasi on para poner en execucion su buen desseo, y tanta mies madura para la mesa de Dios, viendo que no podian persuadir a los soldados a passar adelante en el descubrimiento, se quedaron ellos en la dicha Prouincia con tres muchachos Indios, y vn mestizo, que auian lleuado consi∣go, pareciendoles que aun que quedassen solos, estauan alli seguros, por la affabilidad y amor con que los naturales della los tratauan. Llegados los ocho soldados adonde desseauā, embia∣ron luego la nueua al dicho Virey delo succedido a la ciudad de Mexico, que dista de las dichas minas de santa Barbora ciento y sesenta leguas. Sintieron mucho los religiosos de sant Fran∣cisco la quedada de sus hermanos: y timiendo no los matassen viendo los solos, començaron a mouer los animos de algunos soldados, para que en compannia de otro Religioso de la mes∣ma Orden llamado fray Bernardino Beltran,* 1.4 tornassen à la dicha Prouincia, a sacar de peligro a los dichos dos Religiosos, y proseguir con la empresa començada.
En esta a sazon estaua en las dichas minas por cierta ocasion vn vezino de la ciudad de Mexico, llamado Antonio de Espejo,* 1.5 hombre rico, y de mucho animo y industria, y zeloso del seruicio de la maiestad del Rey Don Philippe nuestro sennor, natural de Cordona. El qual como entendiesse el desseo delos dichos religiosos, y la importancia del negocio, se of∣frecio a la jornada, y a gastar enella parte de su hazienda, y a riesgar su vida, siendo le para ello concedida licencia de alguna persona que represen••as••e a su maiestad, la qual procurandola los dichos religiosos, le fue dada porel Capitan Iuā de Ontiueros Alcalde mayor ••o•• su magestad en los pueblos que llaman las quatro Cienegas,* 1.6 que son en la gouuernacion de la Nueua